Jugaba a fútbol base toda la vida y una temporada tomé una decisión con el objetivo de disfrutar más, entrenaba muy bien pero a la hora de los partidos era un jugador totalmente diferente, tenía visión de túnel cada vez que recibía el balón y técnicamente no me salía nada. Cuando deje de jugar, descubrí la psicología deportiva y me sentí identificado con los problemas que se mencionan en este libro. En ese momento decidí que quería ayudar a otras personas a descubrir la psicología deportiva a tiempo para impactar positivamente su carrera. Desde entonces, y ya van 10 años, he estado leyendo, viendo, escuchando e informando sobre todo lo que se puede hacer para mejorar la mentalidad que se tiene a la hora de rendir. Es increíble como actividades y reflexiones sencillas pueden tener un impacto positivo tan importante en el rendimiento. Recuerda un partidazo que tuviste recientemente, estoy seguro que sentiste diversión, libertad y concentración, ese es el estado óptimo, y a ese estado es al que debemos buscar. ¡Los resultados vendrán solos!